Alicia tenía un hámster llamado Bolita. Con sus graciosos e inquietos bigotitos, sus ojos negros, chiquitines y brillantes, y sus patitas minúsculas... ¡Era precioso! Alicia y Bolita eran amigos desde hacía mucho tiempo. Un día, al llegar del Colegio, el CEIP José Calvo Sotelo, su madre le pidió que se sentase a su lado y le explicó que Bolita había muerto.
- Era un hámster muy viejo – le dijo - , así que se acurrucó y se puso a dormir. Sólo que ya no volverá a despertarse.
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- Entonces, ¿no podré jugar con él nunca más?
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- Eso es.
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- ¿Nunca, nunca?
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- Nunca, aunque...
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- ¡No hay derecho! – gritó Alicia - . ¡Quiero que vuelva! ¡Limpiaré su jaula todos los días! ¡Lo prometo!
.- No puede volver – le explicó su madre - . Entiendo que te enfades y te pongas triste, pero debes recordar tres cosas muy importantes.
.A pesar de las lágrimas, Alicia se mostró atenta.
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- En primer lugar, Bolita ha tenido una vida muy feliz. Tenía su propia jaula, y tú le has cuidado muy bien. Ha sido un hámster con mucha suerte. En segundo lugar, recuerda que, aunque tú te sientas triste y enfadada, Bolita está bien, y estará bien para siempre.
.Alicia se sintió un poco mejor después de escuchar aquellas palabras.
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- ¿Y la tercera cosa importante? – preguntó.
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- ¡Bolita, claro! – sonrió su madre - . Podemos poner una foto suya en la pared y hablaremos de las cosas tan graciosas que hacía. Así nunca le olvidaremos, y mientras sigamos pensando en él, nunca se marchará del todo.
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Y así fue. Bolita ya no volvió a corretear en su jaula, pero vivió feliz para siempre en el corazón de Alicia..
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................................Nicola Baxter.
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