Estimados Reyes Magos:
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Durante estos últimos 365 días he esperado pacientemente, y sobre todo en estas últimas semanas, que llegue esta noche mágica de ilusión. Durante todo ese tiempo ha habido situaciones en las que me he portado bien y me he portado mal, aunque cuando mi comportamiento no ha sido el adecuado he pedido disculpas con el firme propósito de no volver a repetir mis malas acciones. Todavía no soy una persona adulta para tener ciertas responsabilidades y es normal que cometa alguna travesura pero, afortunadamente, tengo a muchas personas a mi alrededor que valoran mis buenas acciones y me corrigen las malas, haciéndome ver en qué me equivoco y guiándome por un camino adecuado. Esto es una gran suerte, tener a esas personas conmigo, porque me están ayudando a crecer y a hacerme responsable. Aprendo mucho y algo me dice que, de seguir así, puedo convertirme en una persona feliz, buena y responsable.
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Con respecto a los estudios pues… Regulín, regulín. Me esfuerzo mucho a pesar de no tener unos resultados adecuados. ¡Me cuesta tanto! Día a día hago mis deberes, muestro la mejor disposición para aprender y pido ayuda a mis maestros y maestras. Sé que tengo que esforzarme un poco más y ser constante porque mi futuro depende de ello. Al menos mis padres están muy contentos conmigo en este punto porque están viendo que muestro interés y sobre todo, y esto para mí es muy importante, me apoyan y me dan ánimos para seguir adelante. Sé que ellos a veces lo pasan mal cuando mis resultados no reflejan el esfuerzo que he realizado, pero saben, al igual que yo, que el justo premio llegará, más pronto o más tarde, pero llegará.
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Durante estos últimos 365 días he esperado pacientemente, y sobre todo en estas últimas semanas, que llegue esta noche mágica de ilusión. Durante todo ese tiempo ha habido situaciones en las que me he portado bien y me he portado mal, aunque cuando mi comportamiento no ha sido el adecuado he pedido disculpas con el firme propósito de no volver a repetir mis malas acciones. Todavía no soy una persona adulta para tener ciertas responsabilidades y es normal que cometa alguna travesura pero, afortunadamente, tengo a muchas personas a mi alrededor que valoran mis buenas acciones y me corrigen las malas, haciéndome ver en qué me equivoco y guiándome por un camino adecuado. Esto es una gran suerte, tener a esas personas conmigo, porque me están ayudando a crecer y a hacerme responsable. Aprendo mucho y algo me dice que, de seguir así, puedo convertirme en una persona feliz, buena y responsable.
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Con respecto a los estudios pues… Regulín, regulín. Me esfuerzo mucho a pesar de no tener unos resultados adecuados. ¡Me cuesta tanto! Día a día hago mis deberes, muestro la mejor disposición para aprender y pido ayuda a mis maestros y maestras. Sé que tengo que esforzarme un poco más y ser constante porque mi futuro depende de ello. Al menos mis padres están muy contentos conmigo en este punto porque están viendo que muestro interés y sobre todo, y esto para mí es muy importante, me apoyan y me dan ánimos para seguir adelante. Sé que ellos a veces lo pasan mal cuando mis resultados no reflejan el esfuerzo que he realizado, pero saben, al igual que yo, que el justo premio llegará, más pronto o más tarde, pero llegará.
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Tengo que pedir disculpas a Sus Majestades por la tardanza en enviarles esta carta. Reconozco que enviarla por correo urgente un día como hoy es algo complicado, pero sé que la van a leer porque mis padres y mis abuelos me han dicho que hasta última hora Ustedes atienden prioritariamente las ilusionantes demandas de los niños. He pensado y meditado mucho sobre lo que realmente quiero. Pienso que son muchas cosas y que los camellos tendrán que soportar un peso extra, pero también pienso que mis peticiones son adecuadas. Mi lista es la siguiente:
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- Un esfuerzo a todos los adultos para que tengan conciencia que nosotros, los niños, somos el futuro y que necesitamos en herencia un planeta mejor, porque cuando nos llegue el momento, también tendremos que hacer un esfuerzo por las futuras generaciones.
- Muchísimos, muchísimos alimentos para que de una vez por todas se erradique el hambre en el Mundo, porque si el dinero que se dedica a comprar armas se dedicase a combatir el hambre, sería posible hacerlo.
- Eliminar las drogas definitivamente porque las drogas hacen daño a las personas que la consumen y afectan negativamente a sus seres queridos.
- Escuelas bien dotadas en todos los lugares del Mundo porque los niños necesitamos una formación acorde con nuestras posibilidades y eso fomentará que la educación, la cultura y el bienestar sea un hecho.
- Una conciencia global para cuidar nuestro planeta, con medidas encaminadas hacia su conservación porque, de momento, es el único lugar donde podemos vivir.
- Acabar para siempre con la explotación infantil en todas sus formas posibles porque no es justo que se utilice a los niños para desempeñas trabajos de adultos.
- Un acceso a la sanidad para todas las personas por igual, eliminando las listas de espera para atender a las personas que están enfermas y que se dedique más dinero a la investigación en medicina.
- Más diálogo y compromiso entre todos los gobernantes del mundo porque tienen que darse cuenta de una vez que en este planeta las fronteras son ficticias y así podríamos caminar todos juntos a ese concepto utópico que se llama ALDEA GLOBAL.
- Terminar definitivamente con todas las formas de violencia que existen porque así resolveríamos nuestras diferencias utilizando valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
- Y para terminar, que los ricos sean inmensamente ricos, porque parece ser que ellos son los que pueden darle trabajo a mi padre y a mi madre y, ya que les deseo eso, que al menos paguen unos salarios justos con la labor que se desempeña.
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Es probable que se me haya olvidado algo, pero es seguro que algún niño o niña complete mi carta.
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Quizá Sus Majestades pueden hacerme la siguiente pregunta:”Y para ti, ¿qué quieres?” Pues les contesto que lo que quiero es salud porque, con eso, ya puedo tener un futuro de ilusión, esfuerzo y progreso.
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Gracias, Majestades, por tomarse el tiempo de leer mi carta. Sé que Ustedes tienen una magia muy especial y, a buen seguro, intentarán satisfacer mis deseos.
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Hasta dentro de 365 días.
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- Un esfuerzo a todos los adultos para que tengan conciencia que nosotros, los niños, somos el futuro y que necesitamos en herencia un planeta mejor, porque cuando nos llegue el momento, también tendremos que hacer un esfuerzo por las futuras generaciones.
- Muchísimos, muchísimos alimentos para que de una vez por todas se erradique el hambre en el Mundo, porque si el dinero que se dedica a comprar armas se dedicase a combatir el hambre, sería posible hacerlo.
- Eliminar las drogas definitivamente porque las drogas hacen daño a las personas que la consumen y afectan negativamente a sus seres queridos.
- Escuelas bien dotadas en todos los lugares del Mundo porque los niños necesitamos una formación acorde con nuestras posibilidades y eso fomentará que la educación, la cultura y el bienestar sea un hecho.
- Una conciencia global para cuidar nuestro planeta, con medidas encaminadas hacia su conservación porque, de momento, es el único lugar donde podemos vivir.
- Acabar para siempre con la explotación infantil en todas sus formas posibles porque no es justo que se utilice a los niños para desempeñas trabajos de adultos.
- Un acceso a la sanidad para todas las personas por igual, eliminando las listas de espera para atender a las personas que están enfermas y que se dedique más dinero a la investigación en medicina.
- Más diálogo y compromiso entre todos los gobernantes del mundo porque tienen que darse cuenta de una vez que en este planeta las fronteras son ficticias y así podríamos caminar todos juntos a ese concepto utópico que se llama ALDEA GLOBAL.
- Terminar definitivamente con todas las formas de violencia que existen porque así resolveríamos nuestras diferencias utilizando valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
- Y para terminar, que los ricos sean inmensamente ricos, porque parece ser que ellos son los que pueden darle trabajo a mi padre y a mi madre y, ya que les deseo eso, que al menos paguen unos salarios justos con la labor que se desempeña.
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Es probable que se me haya olvidado algo, pero es seguro que algún niño o niña complete mi carta.
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Quizá Sus Majestades pueden hacerme la siguiente pregunta:”Y para ti, ¿qué quieres?” Pues les contesto que lo que quiero es salud porque, con eso, ya puedo tener un futuro de ilusión, esfuerzo y progreso.
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Gracias, Majestades, por tomarse el tiempo de leer mi carta. Sé que Ustedes tienen una magia muy especial y, a buen seguro, intentarán satisfacer mis deseos.
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Hasta dentro de 365 días.
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PD: Como todos los años, les dejaré preparado un chocolate calentito con galletas y turrones. Y a los camellos, hierba fresquita y agua.
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