Un año más, y van treinta y dos, estamos conviviendo con Ella. Muchas cosas han pasado desde que Ella nació, buenas y malas, pero lo mejor de todo es que Ella sigue estando viva y marcándonos un camino que genera armonía e ilusión, aunque no exento de incertidumbres. Pero así y todo, continuamos creyendo en Ella sin llegar al punto de la mitificación porque entendemos que los mitos, son sólo eso, mitos.
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Ella, indiscutiblemente, nos ha dado progreso en casi todos los ámbitos, ya sea social, político, económico…, y buena parte de culpa de todo ese progreso la tenemos todos nosotros que, caminando juntos en una misma dirección y sentido, hemos logrado un país moderno y avanzado a pesar de las circunstancias especiales que hoy padecemos todos con la maldita y cruel crisis económica, que es tanto a nivel de nuestro país como a nivel mundial. Ella es la que articula los derechos que tenemos todos aunque, muchas veces, nos olvidamos que también nos marca unos deberes que tenemos que asumir para una convivencia llena de tolerancia, respeto y basada en la democracia.
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Sería muy injusto que todo lo que hemos logrado se diluya como un terrón de azúcar en un café y nos invada el desánimo. Al contrario, tenemos que ser optimistas y en nada egoístas, pues hay personas a las que tenemos que inculcarles los valores que Ella nos da para que continúen el camino que nos hemos trazado: nuestros hijos. Ellos son el futuro de este país y tenemos que sacrificarnos para que tengan una sociedad mejor para que, junto a Ella, sigan el camino correcto para seguir creciendo. Y cuando eso suceda, cuando nuestros hijos tomen el relevo, quizá nosotros ya no estaremos aquí. Justo en ese momento, ellos, nuestros hijos, tendrán que pensar en dejarles un país de ilusión y esperanza a nuestros nietos. Y Ella es la que dirigirá los pasos.
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Ella, indiscutiblemente, nos ha dado progreso en casi todos los ámbitos, ya sea social, político, económico…, y buena parte de culpa de todo ese progreso la tenemos todos nosotros que, caminando juntos en una misma dirección y sentido, hemos logrado un país moderno y avanzado a pesar de las circunstancias especiales que hoy padecemos todos con la maldita y cruel crisis económica, que es tanto a nivel de nuestro país como a nivel mundial. Ella es la que articula los derechos que tenemos todos aunque, muchas veces, nos olvidamos que también nos marca unos deberes que tenemos que asumir para una convivencia llena de tolerancia, respeto y basada en la democracia.
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Sería muy injusto que todo lo que hemos logrado se diluya como un terrón de azúcar en un café y nos invada el desánimo. Al contrario, tenemos que ser optimistas y en nada egoístas, pues hay personas a las que tenemos que inculcarles los valores que Ella nos da para que continúen el camino que nos hemos trazado: nuestros hijos. Ellos son el futuro de este país y tenemos que sacrificarnos para que tengan una sociedad mejor para que, junto a Ella, sigan el camino correcto para seguir creciendo. Y cuando eso suceda, cuando nuestros hijos tomen el relevo, quizá nosotros ya no estaremos aquí. Justo en ese momento, ellos, nuestros hijos, tendrán que pensar en dejarles un país de ilusión y esperanza a nuestros nietos. Y Ella es la que dirigirá los pasos.
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Yo no estoy de acuerdo con lo
que usted dice, pero me pelearía
para que usted pudiera decirlo.
Voltaire (1.694-1.778), filósofo y escritor francés.
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